Convierten en marcas los logotipos oficiales

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MÉXICO, DF.- la noticia del diario mexicano dice así "Igual que empresas como Starbucks, Coca-Cola, Corona, Bimbo o Nike, organismos gubernamentales, entre ellos la PFP, el IMSS, Pemex, CFE, LFC y la CTM, y Secretarías de Estado, como Economía y Hacienda, han registrado sus logotipos o siglas ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).

A pesar de estar prohibido legalmente la copia de escudos, banderas, emblemas, signos, sellos, denominaciones o siglas de organizaciones gubernamentales, esa protección se ha verificado como insuficiente.
Otra de las consecuencias no publicitadas de la globalización, que acompaña la crisis de los sistemas jurídicos nacionales - en especial el derecho de autor de molde continental- es la inefiacia de los Estados nacionales que aceptan sin reparos las reglas del comercio libre global.

“Es para evitar casos como el de una empresa electrónica en China, que usó el logotipo del IMSS, y ahora estamos viendo cómo cambiar su registro para que no vayan a llegar a México esos productos con el logo del Seguro Social”.

La encrucijada que afronta el Estado Nacional es correlativa a la crisis del Derecho de Autor, y ambas caen en la trampa de los sistemas de libre comercio.

El paradigmático Derecho de Autor, creación tutelar del sujeto creador, se ha visto transformado en una herramienta de optimización de negocios por el sujeto de la globalización, la empresa multinacional.


A consecuencia de ello, se ha pasado de la tutela del autor a la explotación de bienes inmateriales, realizada sin limite por las empresas.

En la noticia comentada, el Estado Federal mexicano se encuentra con la ineficacia de sus normas para protegerse frente a la acción de "copia" de sus simbolos por las empresas extranjeras.

Ante esa ineficia, la respuesta estatal no se da en el terreno del derecho público sino que acepta las reglas de juego del mercado global, y consecuentemente, se somete como sujeto de derecho privado.

De esa manera, el Estado Mexicano ha dado una fuerte señal indicando que los símbolos de las instituciones son objetos sometidos a las reglas del mercado, y en consecuencia, con un precio a fijar.